EL CLARINETE Y LA ORQUESTA, ¿CÓMO SE INTRODUJO?

Hoy en día la presencia del clarinete es casi obligatoria en todas las plantillas orquestales. Suelen ser dos clarinetes pero esto no siempre fue así y hoy comentaremos cómo se introdujo al clarinete en la orquesta. 

Antiguamente el clarinete no era un instrumento tan polifacético como lo es hoy en día. Compositores como Vivaldi o Rameau (en ópera) utilizaron el clarinete pero no asiduamente, sino que lo emplearon en ocasiones contadas. Esto pasó porque el clarinete era un instrumento que aportaba más bien poco ya que estaba en desarrollo. 

Stamitz lo empezó a usar con más frecuencia que los dos mencionados anteriormente (pero siguió apareciendo en cortas ocasiones, se usaban como sustitutos o instrumentos extra). Lo hizo en una de las orquestas a seguir en aquel momento, la de Mannheim. Además de estar poco desarrollados, no había clarinetistas de nivel como sí había violinistas u oboístas. 

Mozart, en su etapa final, fue quien los empezó a usar más después de un viaje a Mannheim y a París. Los incluyó en su Sinfonía nº 31 “París”. Aún así el clarinete todavía no estaba asentado en la orquesta y Beethoven quien contribuyó a esto. El modelo de plantilla orquestal del siglo XIX contaba con dos clarinetes. 

En el Romanticismo Pleno la plantilla orquestal creció en número y en instrumentos (viento metal) y variaba mucho de una obra a otra. Una podía contar con dos clarinetes pero otra con cuatro clarinetes, requinto y clarinete bajo, incluso se llegó a usar el corno di bassetto (no se usaba desde Mozart). A esto contribuyeron compositores como Berlioz, Malher o Mendelssohn. 

En nuestro tiempo el clarinete es un instrumento muy usado y asentado en muchos géneros musicales gracias a su polivalencia y contrastes pero no siempre fue así.