EL MÚSICO QUE SE SALVÓ DEL HUNDIMIENTO DEL TITANIC
“¡Gómez, sevillano y clarinete! Casi es cosa de risa, pero si tenéis en cuenta -músicos hay en España que lo saben- el hecho de que Manuel Gómez es el mejor clarinetista del mundo, ya la risa cesa en los labios para dar paso a las expresiones del respeto y de la admiración. Gómez es una institución en Inglaterra”. Esto escribía en 1905 Ramiro de Maeztu en ‘La Correspondencia de España’ sobre este clarinetista del que poco se sabe, a pesar de lo influyente que fue en su época.
Fue tan importante que colaboró con el constructor de clarinetes inglés Boosey & Co para hacer el Gomez-Bohem Model del que solo hay tres ejemplares en el mundo: uno en manos privadas en Arizona (EEUU), otro en el Museo Horniman en Londres y el otro lo donó el nieto del clarinetista (Harold Manuel Gómez, también clarinetista) hace unos años al Museo del Conservatorio de Madrid para una exposición hecha sobre Manuel Gómez en 2017. Ahora, empecemos a conocer la historia de este gran músico.
Todo comienza en una humilde familia sevillana. Manuel, junto con sus hermanos Francisco y Trinidad tuvieron que crecer sin la figura de su padre, que murió a los pocos meses de nacer el protagonista de esta historia.
La madre de la familia, al quedarse ciega, tuvo que recurrir a un asilo para que creciera su hijo Manuel. Francisco, su hermano mayor, se fue a vivir con su abuela. Al entrar en el Asilo de Mendicidad de San Fernando fue cuando empezó a estudiar clarinete.
Al cumplir los 18 años, Manuel se fue a Madrid a estudiar en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid; completaría todos los estudios entre 1879 y 1881. Luego se iría becado por la Deputación Provincial de Sevilla a estudiar al Conservatorio de París. Su hermano Francisco seguiría los pasos de su hermano desde Sevilla a París.
En 1886 ambos hermanos establecerían su residencia en Inglaterra después de hacer un viaje con una compañía de ópera a Londres. Pocos meses después realizaría un concierto como solista para la Reina Victoria. Además se casa con Adela Iglesias, bailarina de la Ópera de París.
En 1892 los dos hermanos formarían parte de la Orquesta de Ópera del Covent Garden y, desde 1894, de la Orquesta Queen’s Hall; Manuel como clarinete primero y Francisco como segundo. De esta forma también tocaron en la primera gala Proms de la BBC el 10 de agosto de 1895.
En 1903 varios músicos de la Queen's Hall decidieron comenzar una nueva aventura por su cuenta, formando de esta forma la Orquesta Sinfónica de Londres. Manuel sería partícipe de este proyecto, mientras que su hermano Francisco no; este sería el primer momento en el que sus vidas tomaron caminos diferentes.
Aquí es donde comienza la verdadera historia. En 1912 esta nueva orquesta realiza una gira por Estados Unidos a la cual tenían previsto viajar en el Titanic. De vuelta a Inglaterra, por suerte para los músicos, el Titanic retrasó su viaje tres semanas, por lo que tuvieron que cambiar de barco y fueron en el Baltic (un barco de no tanto prestigio como el Titanic). En el momento en el que el Titanic dio el aviso de que había sufrido un golpe contra un iceberg fue el propio Baltic uno de los barcos que fueron a su rescate. La imagen de todos los músicos fue desoladora.
Después de esta anécdota (que por suerte, terminó con final feliz), Manuel Gómez siguió con su carrera hasta retirarse en 1915 (aunque seguiría dando conciertos hasta 1921). En 1922 moriría a causa del cáncer.
Este tipo de historias protagonizadas por personajes históricos a los que hoy en día no se les da tanta importancia como sí que tuvieron en su época son dignas de conocer. Por eso creo que compartiendo estas historias podemos pasarlo realmente bien a la vez que aprendemos.
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